Me ha sido imposible escribir en varios días. Escribir de cualquier cosa que no sea política o la inestabilidad en Perú resulta banal.
La distancia en la que vivimos nos hace poco merecedores de la angustia por la realidad en casa. Todos nos ven lejanos. Esa distancia nos da más aire para que no nos ahogue la inestabilidad. Pero no nos anula la indignación, la frustración ni la pena por el horror de la desgracia sobre desgracia, de los tras-cuernos-palos y de que en Perú llueva sobre mojado, otra vez.
Y esa pena ensombrece. Es como si despertaras en un día gris y, al abrir las cortinas, todo absorbiera el gris que entra por las ventanas. El negro del café se pone plomo; el rojo de tus labios, guindas; el verde intenso del pasto que encuadraba mi ventana transmuta a un verde pantano. Y, si por un momento recuperas brillo, al poco rato otra noticia vuelve a pintar todo de gris.
De pronto, toda actividad, compleja o vulgar, ¡toda!, es invadida por ese gris. El gris es un color borroso. Un color aburrido.
Así, pues, he guardado mis letras, mis sílabas, mis comas. Esa sonoridad en tinta ha quedado ruborizada, escondida, relegada. Por momentos, ese silencio en las teclas de mi computadora ha pronunciado la distancia. Pero la vida sigue y mis historias siguen y mis ganas por compartir y conectar siguen y mi seguridad de que todo es temporal, que no hay por qué aferrarse a ningún hecho, ningún temor ni ninguna certeza que creamos tener, por que todo pasa. Como el silencio de las teclas de mi computadora que suenan y suenan ahora, todo pasa.
No estás sola ni tan taaan lejos. Nos acompañas y te acompañamos.
Lo que quiero decir es que transitaremos esto juntxs y en algún momento habrá pasado, espero que cuando eso suceda nos halle más unidos, más humanos, fortalecidos, para ponerle el pecho a lo que venga. Con dignidad, con valentía, con entereza, con amor, con lo que haga falta.
Comparto tu pesadumbre por el ambiente político en el Perú. Pero veamos el tema con realismo y optimismo, sea cual fuere nuestra preferencia política. Sólo roguemos a Dios porque prime la cordura y la sabiduría, y la violencia no sea la que gane en esta contienda electoral.